El escenario era sencillo, con telas coloridas colgando y plantitas de palo borracho, armaba la atmósfera perfecta para lo que sería una noche de aires mágicos y cósmicos. Se presentó primero un dúo soporte, de voces femeninas, rústicas y amables. Se trató de Silvia Pulido y Pachi Franco, oriundas de Capilla del Monte, quienes homenajearon a la mujer con sus canciones y poemas.
A las 22.20 horas, entre el murmullo del público, ansioso por la llegada del número principal, se empezaron a escuchar las voces de las vocalistas de esta banda tan particular. Espontáneos, divertidos, pacíficos y naturales, caminaron entre las butacas hasta el escenario Dolores Aguirre, Julia Ortiz, Martín Dacosta y Diego Cotelo.
Entre las canciones que sonaron a lo largo de la velada, estuvieron presentes las más esperadas como “Canción para el viento” - con la que el público acompañó con chasquidos de dedos simulando lluvia -, “Soy el verbo”, “El tiempo esta después”, “Inés”, entre otras y por supuesto el momento más esperado fue “Ríe chinito”, la más popular en las redes sociales, espacio donde la banda comenzó a hacerse conocida.
Fueron casi dos horas de show, donde las emociones afloraron en cada nota. El recorrido musical fue por todo el continente latinoamericano, el mismo que este grupo nacido en Buenos Aires, está empezando a recorrer. Anunciaron el inicio de una gira que incluye Chile como primer destino fuera del país y la incorporación de un nuevo integrante, ya que Dolores Aguirre se encuentra en la dulce espera.
Como llegaron, se fueron. Entre el público, con risas y aplausos, alzando sus voces a capela, con frutas en las manos y alegría en sus rostros, estampando nuevamente su huella por la ciudad.
Crónica por Agustina Giraudo
aegiraudo@gmail.com
Fotografia Leonela Argüello
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