La celebrity estadounidense, de 32 años, se sometió a un doloroso tratamiento de belleza facial con sus propias plaquetas, es decir, untándose e inyectándose su propia sangre, una sesión que resulta de lo más dolorosa, y para demostrarlo están los pinchazos en su cara y el gesto de dolor de Kardashian.
Según un amigo de ella "el doctor le sacó sangre a Kim del brazo y separó las plaquetas del resto. Entonces, le frotó la cara con sangre y después, la pinchó con un montón de agujas pequeñas en la piel, dejando que entraran las plaquetas. ¡Fue asqueroso!".
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