Es comercio en cuestión es el Kayabuki, ubicado al norte de Tokio. El lugar es una casa de sake tradicional, cuya elección de personal es realmente extraña: un par de monos llamados Yat-chan y Fuku-chan trabajan de mozos.
Yat-chan, de 16 años es el mayor de los dos, pero va y viene rápido por las mesas y toma los pedidos de los clientes con mucha destreza. Fuku-chan les da a los comensales una toalla caliente y los ayuda a limpiarse las manos antes de que pidan sus tragos, como es costumbre en el país.
Como si eso fuera poco, la situación de los monitos es legal. El singular par de mozos está acreditado por las autoridades locales para trabajar en el restaurante. A los clientes les gusta y la propina no es dinero sino soja.
"Los monos son realmente mejores mozos que algunos humanos que conozco", reconoció Takayoshi Soeno, habitué del lugar.
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