De poco más de un metro y setenta centímetros, como la original, la réplica de Houston refleja un momento muy específico de la vida de la protagonista de "The Bodyguard", cuando en 1991 interpretó el himno de EE.UU. en el descanso de la XXV edición del Super Bowl.
Ataviada con una imitación del chándal blanco, azul y rojo -los colores de la bandera estadounidense- que lució en aquella ocasión y con los brazos en alto y los puños cerrados -rememorando una de las imágenes más icónicas de la artista-, la figura de Houston ocupa un sitio principal entre las estatuas de los expresidentes Ronald Reagan y Bill Clinton.
"Como todas las figuras, se trata de una réplica perfecta, con el tono de la piel exacto y todas sus imperfecciones", explicó en una entrevista con Efe la directora de mercadotecnia del museo Madame Tussauds, Joanna Hobday.
"Hemos querido ubicarla en un escenario muy concreto, la final del Super Bowl de 1991, por lo que incluso le hemos añadido un fondo que imita el estadio de Tampa (Florida), donde se jugó el partido", añadió Hobday.
"Este era el momento lógico para hacerlo", apuntó, al coincidir en el tiempo con el primer aniversario de su muerte, el 11 de febrero de 2012.
Precisamente, ayer se reunieron en Los Ángeles (California) un grupo de artistas, entre ellos Dave Grohl, Janelle Monae y LA Reid para rendir homenaje a la fallecida cantante, a quien definieron como "una de las voces más icónicas de todos los tiempos".
A principios de este mes, la madre de Whitney, Cissy Houston, publicó un libro sobre la vida de la que fue su única hija.
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