Por eso, había un tufillo a que Chizzo, Tete y Tanque anduvieran por el Estadio Cubierto, pero no se sabía bien en qué formato iban a aparecer. Podría ser como invitados en algún tema –como ya ocurrió-, los integrantes por separado. Pero no, después del tremendo show de El Bordo, aparecieron los tres sobre el escenario y sorprendieron a todos con cinco canciones antes del inicio de Marea que llegó a Buenos Aires para presentar En mi hambre mando yo, el álbum que editaron el año pasado.
El inesperado set de La Renga contó con seis canciones. Abrieron con Panic Show, para el delirio de los más de 4 mil espectadores que fueron el sábado a La Paternal. Continuaron con Tripa y Corazón y para Poder convocaron a Nacho Smilari, el guitarrista habitual colaborador que grabó la versión de estudio de ese tema en Algún Rayo. Y si de sorpresas se trataba, mayor fue cuando comenzaron los acordes de La Maldita Máquina, de Billy Bond y La Pesada. La infaltable Balada del diablo y la muerte anticipó el final que coronó con la poderosa Arte Infernal.
Tremenda noche de rock, de amigos, de celebración. Primero con Salta la banca y su inmejorable presente. El Bordo, ya consolidada y presentando nuevo DVD, la rompe cada vez que toca en Capital –también cuando lo hace afuera- y el set inesperado de La Renga, antes del show principal de Marea que presentó una extensa lista de temas que intercaló canciones de su último disco con sus clásicos.
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