La cantante de 93 años, nacida en Costa Rica pero mexicana por adopción, se encuentra en terapia intensiva a donde fue trasladada por una bronconeumonía.
"Yo pienso que ella se está preparando; ella está en actitud como de irse", dijo a la AFP María Cortina, biógrafa de la cantante.
Vargas ha pedido que no se le apliquen procedimientos, como maniobras de resucitación o uso de respiradores, que prolonguen su vida.
La periodista mexicana sostuvo que el viernes en la mañana Chavela Vargas pidió que le trajeran su medallón chamánico, un regalo de los indios huicholes cuando la nombraron chamana y que sólo utiliza durante sus conciertos.
Los indígenas consideran que los chamanes tienen dones espirituales especiales para predecir el futuro y trascender a la muerte.
"No me voy a morir porque soy una chamana y las chamanas no nos morimos", dijo Vargas en estos días, según relató Cortina.
La biógrafa de la cantante señaló que la artista no quiere métodos agresivos "porque le impiden la transición que está haciendo".
"Ha luchado como una guerrera desde que entró hace cinco días al hospital. Yo digo que realmente es una guerrera, porque en todo momento ha estado luchando contra el diagnóstico que ustedes ya lo han leído los últimos dos días, que es que está grave", indicó Cortina.
Isabel Vargas Lizano, el nombre real de Vargas, vive desde su adolescencia en México donde inició su carrera cantando acompañada de su guitarra en las calles de la capital, hasta que fue descubierta por el compositor José Alfredo Jiménez.
La intérprete de voz ronca convirtió en clásicos sus versiones de rancheras como "Un mundo raro", "La Llorona" y "Paloma Negra", y construyó una vida de leyenda por su relación con el alcohol, su homosexualidad y su amistad con algunas de las figuras relevantes de la cultura mexicana del siglo XX, como los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera.
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