Fuentes cercanas a la familia informaron a LA NACION que no está previsto ningún velatorio. En un acto íntimo y familiar, el conocido periodista será enterrado en las próximas horas en el cementerio Jardín de Paz.
Juan Alberto Badía fue noticia a comienzos de 2011 cuando se supo que tenía un tumor entre el esternón y la columna. Su audiencia acompañó con mensajes de cariño y regalos la tenacidad de su lucha. Y aunque nunca bajó los brazos, finalmente la enfermedad ganó la batalla. Querido por sus colegas, sus entrevistados y su público, hoy lo llora el país.
Animal de radio y eterno enamorado de la televisión, supo ganarse el corazón de las mayorías. Su voz inconfundible y esa manera tan cálida como certera de encontrar las palabras hacía sentir al receptor una cercanía inmediata. A través de diversos formatos y programas fue figura de los medios de comunicación a lo largo de más de tres décadas.
Aún enfermo y bajo tratamiento, nunca abandonó su primer y gran amor, la radio. Montó un estudio en su casa, desde donde se conectaba con sus seguidores. Una ciber radio (www.jabradio.com.ar), un blog en donde escribía y desde donde también podían escucharse las transmisiones.
Cultor de las buenas ideas, la música y las gratas compañías, hizo de sus gustos personales todo un estilo que compartió con la gente. Fue reconocido por su constante y temprano apoyo al rock nacional desde la década del 80´con su emblemático programa Badía y Cía. Ese programa lo hizo conocido como una suerte de padrino de quienes comenzaban sus carreras musicales. Cobró fama de que sus invitaciones al piso significaban un acertado vaticinio de "Este va a llegar".
Famoso también por su fanatismo de los Beatles. Tal es así, que en 2010 había editado en un pack con dos DVD y un libro (The Beatles x Badía), que contienen una suerte de archivo recavado a lo largo de los años por él mismo sobre el cuarteto de Liverpool.
Lejos de acompañar modas y estilos fugaces, Badía quedará como el custodio ideal de una fórmula en la que podían convivir en equilibradas dosis la formalidad y el atrevimiento. La extensa y formidable vigencia que tuvo en los medios se explica, ante todo, por su talento para comprender a públicos muy disímiles, formados en etapas expuestas a cambios de enorme vértigo. Tenía la rara virtud de armar propuestas en las que todos esos públicos de variado gusto y múltiples exigencias podían confraternizar alrededor de la música (sobre todo), el humor y la actualidad.
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