jueves, 12 de abril de 2012

.-Cobertura-.
Kusturica Sacudió Córdoba


  Faltaba un toldo colgando sobre el público del Ofeo Superdomo, para que sea una verdadera fiesta gitana. Un poco de circo, magia, acrobacia, destrezas y danza. Punk, rock y balcánica. Pogo, palmas, polka y danza del vientre. Anoche, Emir Kusturica y su No Smoking Orchestra, fue todo esto y mucho más.

  La fiesta agendada a las 21.30hs., estalló puntual con el himno que enmarca cada presentación de este hombre-orquesta y compañía, en su gira por Argentina. Uno a uno, entraron al escenario los seis excepcionales músicos serbios, mientras seguía llegando una gran variedad espectadores: no tantos sentados como los cuantiosos amuchados en la pista.

  Y reventó el show. Sonaron las canciones que evocan a las películas de Emir (sí, también director de cine y actor y jurado de festivales), como Arizona dream, Tiempo de gitanos y Underground, pasando de ritmos duros y rockeros marcados por la batería, la guitarra y el saxo, hasta otros más aéreos y exóticos contrastados por el trombón, el violín y el acordeón.

  La banda nacida en Sarajevo en 1980, se presentó en esta oportunidad sin su vocalista principal, Dr. Nele Karajlic. La gira denominada The Gypsies Are Back Tour 2012, que pasa por las ciudades argentinas de Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, Mendoza y Santa Fe, tiene en el rol de cantante principal al polifacético Kusturica. Unza Unza Time, Pitbull Terrier, Bubamara y Fuck You MTV, fueron algunas de las canciones que sonaron en el estadio cordobés.


  La puesta devino en un desfile de fanáticos que, elegidos al azar, fueron subiendo al escenario. Bajo la batuta de Kusturica, bailaron, zapatearon y se sacudieron al ritmo de la ferviente música. Así también, un trío de señoritas asistentes sostuvo un arco gigante de violín, con el cual el instrumentista desafió cualquier duda sobre sus capacidades. Tocando con él una veloz melodía, quedó confirmada su grandiosidad, ya habiendo pasado la prueba por sobre su cabeza, con los pies y con la boca.

  La magia estuvo explícita en un sketch en el cual el violinista -casi el bufón del circo- , tras pasar por un pequeño telón improvisado, cambiaba fugazmente de túnicas, terminando con un lindo vestido verde de la tía de alguno. Mientras se desarrolló esta feria de talentos, las melodías revoltosas jamás se detuvieron. En una dosis de menos de hora y media, Córdoba se llenó con más de lo que se necesita para seguir plantando esta suerte género musical en nuestras latitudes.

   El Aderezo: para un auditorio tan variado en edades, “No Smoking” debería haber sido consigna.


Crónica de Agustina Giraudo
aegiraudo@gmail.com

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