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Música

Morphine y Jeremy Lyons fueron el sonido del 11-11-11.

Podría haber creído cualquier profecía del 11-11-11, pero si me decían que venía a tocar Morphine a Casa Babylon, dudaba…Perro Records pudo más que los astros y pudimos escuchar a esta banda de culto de los ’90 en Córdoba, junto a otras 350 almas que explotaban de satisfacción. ¡Thanks, Dog! Como dijera su saxofonista, Dana Colley, en la noche del viernes.

Después de pasar por el Espacio Cultural ND Ateneo en Buenos Aires y el Teatro San Martín de Tucumán, en su gira por Argentina, el público cordobés pudo disfrutarlos en Casa Babylon, un marco mucho más parecido a un club under como en los que venía tocando el grupo en su país, la conexión se sintió.


Entramos cuando sonaba el potente y sensual “Have a lucky day” desde “Good”, su primer álbum, en la voz de Jeremy Lyons casi tan profunda como la del inmortal Mark Sandman, su cantante en la formación original, que completaban Dana Colley en saxo barítono y el baterista Jerome Deupree. En esta presentación también estuvo el otro baterista emblemático de Morphine, Billy Conway, compartiendo y alternando con Deupree en una batería doble montada especialmente.


Siguieron otras canciones de “Good” (1992) y de “Cure for Pain” (1993), los discos fundamentales de la banda. De este último sonó “All wrong”, “Buena”, “Thursday” y el tema que le da nombre. “Yes”, “French fries with peppers” y otros, recorrieron también los últimos discos. Maduros y veinteañeros coreaban y se contoneaban extasiados.


Imbuido del espíritu argento, Colley, alentó al público a cantar un “Olé, olé, olé, Morphine, Morphine”, que completó la comunión y sirvió de llamado para el bis del final, cerrando, después de una ajustada hora y media, con “You look like rain” y un paseo sobre la barra con el que el carismático saxofonista, regaló las últimas notas.


“Solo tocamos. Vemos hacia donde nos lleva la música”, dijeron. Bienvenidos, Córdoba los estuvo esperando.

Crónica por Ce Hein.