jueves, 24 de marzo de 2011

.-Arte-.
El día 24 de Marzo un día triste 
para la Cultura Argentina 


Un 24 de marzo de 1976 comenzó un proceso de exclusión y de ejecución al arte y a la cultura de los artistas, escritores y pensadores argentinos. Comenzó la etapa mas triste de nuestra historia con la desaparición de personas y con ellas también obras de arte, literaturas, filósofos, escritores, actores, estudiantes, músicos o simplemente argentinos que pensaban diferente al régimen militar. En la memoria de todas esta personas que han desaparecido en vida y que han querido borrar sus obras, les dejamos este poema de Néstor Perlongher llamado "Cadaveres" y más información sobre lo que dejo este proceso siniestro. 

Néstor Perlongher nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, la noche de Navidad de 1949. En 1982, terminada su licenciatura en sociología, se fue a vivir a San Pablo, donde ingresó en la Maestría de Antropología Social, en la Universidad de Campinas, de la que en 1985 fue nombrado profesor.


Su obra poética publicada comprende seis libros: Austria-Hungría (Buenos Aires, Tierra Baldía, 1980), Alambres (Buenos Aires, Último Reino, 1987; Premio "Boris Vian" de Literatura Argentina), Hule (Buenos Aires, Último Reino, 1989), Parque Lezama (Buenos Aires, Sudamericana, 1990), Aguas aéreas (Buenos Aires, Último Reino, 1990) y El cuento de las iluminaciones (Caracas, Pequeña Venecia, 1992). Colaboró asiduamente en las revistas El Porteño, Alfonsina, Último Reino y Diario de Poesía. Preparó la antología Caribe transplantino. Poesía neobarroca cubana y rioplatense (San Pablo, Iluminuras, 1991), y publicó numerosos textos en prosa, entre los que se destacan El fantasma del SIDA (Buenos Aires, Puntosur, 1988) y La prostitución masculina (Buenos Aires, La Urraca, 1993).
"Néstor Perlongher fue un escritor insaciable. Creó un estilo propio que apodó "neobarroso", en el que reunía contradictoriamente los bucles barrocos y el barro del Plata: es decir, él mismo ... la figura de Néstor Perlongher se fue agigantando de un modo tal que a esta altura aparece como una de las voces más necesarias de la última poesía argentina" (A.Schettini, La Nación)

Fuente: www.literatura.org

Este poema, según cuenta Perlongher, fue escrito hacia 1982 en un largo viaje en micro hacia San Pablo, y constituye un intento de hacer inteligible la dictadura militar argentina.
Mas allá del problema de la evaluación política (y al respecto hay que decir que es un texto absolutamente político, pero que se aleja del “panfletismo” tan vigente en estos temas), este texto es un ejemplo perfecto del estilo “neobarroso” que cultiva Perlongher. Un estilo que retoma buena parte del arsenal estético del barroco clásico español, pero que se mueve en un terreno mucho más endeble, donde las subjetividades se descentran. Esa mezcla entre España y el Río de la Plata (con el barro de su lecho), da como resultado ese “neobarroso” tan característico.

Aparte de su obra poética y su militancia política, Perlongher fue un ensayista bastante prolífico y sus preocupaciones abarcaron desde la problemática de la sexualidad y sus formas, hasta el problema de las religiosidades populares. Como parte de esa preocupación, entró en contacto con la religión del Santo Daime, a quién estudió desde una aproximación antropológica. En esos trabajos de campo, Perlongher experimentó con sustancias psicoactivas, en particular, con la llamada ayahuasca, bebida sagrada que dispara visiones y alucinaciones.

Trotskista en su juventud en la carrera de Sociología de la UBA, fundador de uno de las primeras (sino la primera) organizaciones de lucha por los derechos de los homosexuales (el FLH, Frente de Liberación Homosexual), y seguidor de la religión del Santo Daime, hacia el final de su vida, Néstor Perlongher murió de SIDA en San Pablo, el 26 de noviembre de 1992. Su vida fue algo asi como un collage de las alternativas radicales de toda una época.

Les recomiendo bajar una lectura de Perlongher de este poema. Es absolutamente escalofriante. Les dejo el link para bajarlo:

http://www.courses.ex.ac.uk/latinamericanstudies/authors/literature/perlongher/cadaveres.htm


CADAVERES – Néstor Perlongher


Bajo las matas

En los pajonales
Sobre los puentes
En los canales
Hay Cadáveres 



En la trilla de un tren que nunca se detiene

En la estela de un barco que naufraga
En una olilla, que se desvanece
En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones
Hay Cadáveres 



En las redes de los pescadores

En el tropiezo de los cangrejales
En la del pelo que se toma
Con un prendedorcito descolgado
Hay Cadáveres 



En lo preciso de esta ausencia

En lo que raya esa palabra
En su divina presencia
Comandante, en su raya
Hay Cadáveres 



En las mangas acaloradas de la mujer del pasaporte que se arroja

por la ventana del barquillo con un bebito a cuestas
En el barquillero que se obliga a hacer garrapiñada
En el garrapiñero que se empana
En la pana, en la paja, ahí
Hay Cadáveres 



Precisamente ahí, y en esa richa

de la que deshilacha, y
en ese soslayo de la que no conviene que se diga, y
en el desdén de la que no se diga que no piensa, acaso
en la que no se dice que se sepa...
Hay Cadáveres 



Empero, en la lingüita de ese zapato que se lía disimuladamente, al

espejuelo, en la
correíta de esa hebilla que se corre, sin querer, en el techo, patas
arriba de ese monedero que se deshincha, como un buhón, y, sin
embargo, en esa c... que, cómo se escribía? c. .. de qué?, mas, Con
Todo
Sobretodo
Hay Cadáveres 



En el tepado de la que se despelmaza, febrilmente, en la 

menea de la que se lagarta en esa yedra, inerme en el 
despanzurrar de la que no se abriga, apenas, sino con un 
saquito, y en potiche de saquitos, y figurines anteriores, modas 
pasadas como mejas muertas de las que 
Hay Cadáveres 



Se ven, se los despanza divisantes flotando en el pantano: 

en la colilla de los pantalones que se enchastran, símilmente;
en el ribete de la cola del tapado de seda de la novia, que no se casa 
porque su novio ha
…............................!


Hay Cadáveres 


En ese golpe bajo, en la bajez

de esa mofleta, en el disfraz
ambiguo de ese buitre, la zeta de 
esas azaleas, encendidas, en esa obscuridad 
Hay Cadáveres 



Está lleno: en los frasquitos de leche de chancho con que las 

campesinas 
agasajan sus fiolos, en los 
fiordos de las portuarias y marítimas que se dejan amanecer, como a 
escondidas, con la bombacha llena; en la 
humedad de esas bolsitas, bolas, que se apisonan al movimiento de 
los de 
Hay Cadáveres 



Parece remanido: en la manea 

de esos gauchos, en el pelaje de 
esa tropa alzada, en los cañaverales (paja brava), en el botijo 
de ese guacho, el olor a matorra de ese juiz 
Hay Cadáveres 



Ay, en el quejido de esa corista que vendía "estrellas federales"

Uy, en el pateo de esa arpista que cogía pequeños perros invertidos, 
Uau, en el peer de esa carrera cuando rumbea la cascada, con 
una botella de whisky "Russo" llena de vidrio en los breteles, en ésos, 
tan delgados, 
Hay Cadáveres 



En la finura de la modistilla que atara cintas do un buraco hubiere 

En la delicadeza de las manos que la manicura que electriza 
las uñas salitrosas, en las mismas 
cutículas que ella abre, como en una toilette; en el tocador, tan 
...indeciso..., que 
clava preciosamente los alfiles, en las caderas de la Reina y
en los cuadernillos de la princesa, que en el sonido de una realeza 
que se derrumba, oui 
Hay Cadáveres 



Yes, en el estuche de alcanfor del precho de esa 

¡bonita profesora! 
Ecco, en los tizones con que esa ¡bonita profesora! traza el rescoldo
de ese incienso; 
Da, en la garganta de esa ajorca, o en lo mollejo de ese moretón
atravesado por un aro, enagua, en 
Ya
Hay Cadáveres 



En eso que empuja 

lo que se atraganta, 
En eso que traga 
lo que emputarra, 
En eso que amputa 
lo que empala, 
En eso que ¡puta! 
Hay Cadáveres 



Ya no se puede sostener: el mango 

de la pala que clava en la tierra su rosario de musgos, 
el rosario 
de la cruz que empala en el muro la tierra de una clava, 
la corriente 
que sujeta a los juncos el pichido - tin, tin... - del son-
ajero, en el gargajo que se esputa...
Hay Cadáveres 



En la mucosidad que se mamosa, además, en la gárgara; en la también 

glacial amígdala; en el florete que no se succiona con fruición 
porque guarda una orla de caca; en el escupitajo 
que se estampa como sobre en un pijo,
en la saliva por donde penetra un elefante, en esos chistes de 
la hormiga, 
Hay Cadáveres 



En la conchita de las pendejas

En el pitín de un gladiador sureño, sueño
En el florín de un perdulario que se emparrala, en unas
brechas, en el sudario del cliente 
que paga un precio desmesuradamente alto por el polvo, 
en el polvo
Hay Cadáveres 



En el desierto de los consultorios

En la polvareda de los divanes "inconcientes" 
En lo incesante de ese trámite, de ese "proceso" en hospitales 
donde el muerto circula, en los pasillos 
donde las enfermeras hacen SHHH! con una aguja en los ovarios,
en los huecos 
de los escaparates de cristal de orquesta donde los cirujanos 
se travisten de ''hombre drapeado", 
laz zarigueyaz de dezhechoz, donde tatúase, o tajéase (o paladea) 
un paladar, en tornos 
Hay Cadáveres 



En las canastas de mamá que alternativamente se llenan o vacían de 

esmeraldas, canutos, en las alforzas de ese 
bies que ciñe-algo demás-esos corpiños, en el azul Iunado del cabe-
llo, gloriamar, en el chupazo de esa teta que se exprime, en el 
recIinatorio, contra una mandolina, salamí, pleta de tersos caños . .. 
Hay Cadáveres 



En esas circunstancias, cuando la madre se 

lava los platos, el hijo los pies, el padre el cinto, la 
hermanita la mancha de pus, que, bajo el sobaco, que 
va "creciente", o 
Hay Cadáveres 



Ya no se puede enumerar: en la pequeña ''riela" de ceniza 

que deja mi caballo al fumar por los campos (campos, hum…),o por 
los haras, eh, harás de cuenta de que no 
Hay Cadáveres 



Cuando el caballo pisa

los embonchados pólderes,
empenachado se hunde
en los forrajes;
cuando la golondrina, tera tera,
vola en circuitos, como un gallo, o cuando la bondiola
como una sierpe 'leche de cobra" se
disipa,
los miradores llegan todos a la siguiente
conclusión:
Hay Cadáveres 



Cuando los extranjeros, como crápulas, ("se les ha volado la 

papisa, y la manotean a dos cuerpos" ), cómplices, 
arrodíllanse (de) bajo la estatua de una muerta, 
y ella es devaluada! 
Hay Cadáveres 



Cuando el cansancio de una pistola, la flaccidez de un ano,

ya no pueden, el peso de un carajo, el pis de un 
''palo borracho", la estirpe real de una azalea que ha florecido 
roja, como un seibo, o un servio, cuando un paje 
la troncha, calmamente, a dentelladas, cuando la va embutiendo 
contra una parecita, y a horcajadas, chorrea, y
Hay Cadáveres 



Cuando la entierra levemente, y entusiasmado por el su-

ceso de su pica, más 
atornilla esa clava, cuando "mecha" 
en el pistilo de esa carroña el peristilo de una carroza 
chueca, cuando la va dándola vuelta 
para que rase todos.. . los lunares, o 
Sitios,
Hay Cadáveres 



Verrufas, alforranas (de teflón), macarios muermos: cuando sin...

acribilla, acrisola, ángeles miriados' de peces espadas, mirtas 
acneicas, o sólo adolescentes, doloridas del 
dedo de un puntapié en las várices, torreja 
de ubre, percal crispado, romo clít ... 
Hay Cadáveres 



En el país donde se yuga el molinero

En el estado donde el carnicero vende sus lomos, al contado,
y donde todas las Ocupaciones tienen nombre….
En las regiones donde una piruja voltèa su zorrito de banlon,
la huelen desde lejos, desde antaño 
Hay Cadáveres 



En la provincia donde no se dice la verdad 

En los locales donde no se cuenta una mentira 
-Esto no sale de acá- 
En los meaderos de borrachos donde aparece una pústula roja en
la bragueta del que orina-esto no va a parar aquí -, contra los 
azulejos, en el vano, de la 14 o de la 15, Corrientes y 
Esmeraldas, 
Hay Cadáveres 



Y se convierte inmediatamente en La Cautiva,

los caciques le hacen un enema, 
le abren el c... para sacarle el chico,
el marido se queda con la nena, 
pero ella consigue conservar un escapulario con una foto borroneada
de un camarín donde...
Hay Cadáveres 



Donde él la traicionó, donde la quiso convencer que ella 

era una oveja hecha rabona, donde la perra 
lo cagó, donde la puerca
dejó caer por la puntilla de boquilla almibarada unos pelillos 
almizclados, lo sedujo,
Hay Cadáveres 



Donde ella eyaculó, la bombachita toda blanda, como sobre 

un bombachón de muñequera como en 
un cáliz borboteante-los retazos 
de argolla flotaban en la "Solución Humectante" (método agua por 
agua), 
ella se lo tenía que contar
Hay Cadáveres 



El feto, criándose en un arroyuelo ratonil,

La abuela, afeitándose en un bols de lavandina,
La suegra, jalándose unas pepitas de sarmiento,
La tía, volviéndose loca por unos peines encurvados
Hay Cadáveres 



La familia, hurgándolo en los repliegues de las sábanas 

La amiga, cosiendo sin parar el desgarrón de una "calada" 
El gil, chupándose una yuta por unos papelitos desleídos 
Un chongo, cuando intentaba introducirla por el caño de escape de 
una Kombi, 
Hay Cadáveres 



La despeinada, cuyo rodete se ha raído

por culpa de tanto "rayito de sol", tanto "clarito"; 
La martinera, cuyo corazón prefirió no saberlo;
La desposeída, que se enganchó los dientes al intentar huir de un taxi;
La que deseó, detrás de una mantilla untuosa, desdentarse 
para no ver lo que veía: 
Hay Cadáveres 



La matrona casada, que le hizo el favor a la muchacho pasándole un 

buen punto; 
la tejedora que no cánsase, que se cansó buscando el punto bien 
discreto que no mostrara nada 
- y al mismo tiempo diera a entender lo que pasase -; 
la dueña de la fábrica, que vio las venas de sus obreras urdirse
táctilmente en los telares-y daba esa textura acompasada...
lila...
La lianera, que procuró enroscarse en los hilambres, 
las púas 
Hay Cadáveres 



La que hace años que no ve una pija 

La que se la imagina, como aterciopelada, en una cuna (o cuña) 
Beba, que se escapó con su marido, ya impotente, a una quinta 
donde los 
vigilaban, con un naso, o con un martillito, en las rodillas, le
tomaron los pezones, con una tenacilla (Beba era tan bonita como una 
profesora…) 
Hay Cadáveres 



Era ver contra toda evidencia

Era callar contra todo silencio
Era manifestarse contra todo acto
Contra toda lambida era chupar
Hay Cadáveres 



Era: "No le digas que lo viste conmigo porque capaz que se dan 

cuenta" 
O: "No le vayas a contar que lo vimos porque a ver si se lo toma a 
pecho"
Acaso: "No te conviene que lo sepa porque te amputan una teta" 
Aún: "Hoy asaltaron a una vaca" 
"Cuando lo veas hacé de cuenta que no te diste cuenta de nada 
...y listo" 
Hay Cadáveres 



Como una muletilla se le enchufaba en el pezcuello 

Como una frase hecha le atornillaba los corsets, las fajas 
Como un titilar olvidadizo, eran como resplandores de mangrullo, como 
una corbata se avizora, pinche de plata, así 
Hay Cadáveres 



En el campo

En el campo
En la casa
En la caza
Ahí
Hay Cadáveres 



En el decaer de esta escritura

En el borroneo de esas inscripciones
En el difuminar de estas leyendas
En las conversaciones de lesbianas que se muestran la marca de la liga,
En ese puño elástico,
Hay Cadáveres 



Decir "en" no es una maravilla? 

Una pretensión de centramiento? 
Un centramiento de lo céntrico, cuyo forward 
muere al amanecer, y descompuesto de 
El Túnel 
Hay Cadáveres 



Un área donde principales fosas?

Un loro donde aristas enjauladas?
Un pabellón de lolas pajareras?
Una pepa, trincada, en el cubismo
de superficie frívola...? 
Hay Cadáveres 



Yo no te lo quería comentar, Fernando, pero esa vez que me mandaste 

a la oficina, a hacer los trámites, cuando yo 
curzaba la calle, una viejita se cayó, por una biela, y los 
carruajes que pasaban, con esos crepés tan anticuados (ya preciso,
te dije, de otro pantalón blanco), vos creés que se iban a 
dedetener, Fernando? Imaginá…
Hay Cadáveres 



Estamos hartas de esta reiteración, y llenas 

de esta reiteración estamos. 
Las damiselas italianas 
pierden la tapita del Luis XV en La Boca!
Las ''modelos"-del partido polaco- 
no encuentran los botones (el escote cerraba por atrás) en La Matanza! 
Cholas baratas y envidiosas - cuya catinga no compite-en Quilmes! 
Monas muy guapas en los corsos de Avellaneda! 
Barracas! 
Hay Cadáveres 



Ay, no le digas nada a doña Marta, ella le cuenta al nieto que es

colimba!
Y si se entera Misia Amalia, que tiene un novio federal!
Y la que paya, si callase!
La que bordona, arpona!
Ni a la vitrolera, que es botona!
Ni al lustrabotas, cachafaz!
Ni a la que hace el género "volante"!
NI
Hay Cadáveres 



Féretros alegóricos!

Sótanos metafóricos!
Pocillos metonímicos!
Ex-plícito !
Hay Cadáveres 



Ejercicios

Campañas
Consorcios
Condominios
Contractus
Hay Cadáveres 



Yermos o Luengos

Pozzis o Westerleys
Rouges o Sombras
Tablas o Pliegues
Hay Cadáveres 



-Todo esto no viene así nomás 

-Por qué no? 
-No me digas que los vas a contar 
-No te parece? 
-Cuándo te recibiste? 
-Militaba? 
-Hay Cadáveres? 



Saliste Sola 

Con el Fresquito de la Noche 
Cuando te Sorprendieron los Relámpagos 
No Llevaste un Saquito 
Y 
Hay Cadáveres 



Se entiende?

Estaba claro?
No era un poco demás para la época?
Las uñas azuladas?
Hay Cadáveres 



Yo soy aquél que ayer nomás...

Ella es la que…
Veíase el arpa...
En alfombrada sala...
Villegas o
Hay Cadáveres 



No hay nadie?, pregunta la mujer del Paraguay.
Respuesta: No hay cadáveres. 


Los musicos fueron callados en las radios a traves de las listas del COMFER 



Como ya es de público conocimiento el COMFER ya dio a conocer alguna de las canciones y artistas que fueron censurados durante uno de los períodos más oscuros de la Argentina.

Decargá desde ACA la 1er. parte de la lista que consta de 7 hojas con las canciones y artistas que fueron censurados entre 1978 y 1983.

Autores literarios desaparecidos





Nació en Buenos Aires en 1922. A fines de la década del 40 comienza escribiendo cuentos infantiles, publicados por la Editorial Abril. Luego colabora en la mítica revista Mas Allá, y en 1950 publica su primer historieta, «Alan y crazy». Hacia 1955 publica «Sargento Kirk» y «Bull Rokett». En 1957, con dibujos de Solano López, publica la primera parte de «El Eternauta», que se convertiría en la más famosa historieta argentina. Hector G. Oesterheld, como otros miles de argentinos, fue secuestrado y desaparecido en 1977 por la dictadura militar.





Nació en la localidad de Lamarque, vecina de Choele Choel, en la provincia de Río Negro, Argentina, el 9 de enero de 1927 y desde el 25 de marzo de 1977 se encuentra desaparecido. Fue un periodista, escritor, dramaturgo y traductor argentino que militó en la Alianza Libertadora Nacionalista y, luego, en las organizaciones guerrilleras FAP y Montoneros. Como escritor trascendió por sus cuentos policiales ambientados en Argentina y por sus libros de investigación periodística sobre el fusilamiento ilegal de civiles en José León Suárez de junio de 1956 ( "Operación Masacre" ) y sobre los asesinatos de Rosendo García ( "¿Quién mató a Rosendo?" ) y Marcos Satanowsky ( "Caso Satanowsky" ).


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